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¿QUÉ TIPO DE COMUNICADOR ERES SIMPÁTICO O EMPÁTICO?

¿QUÉ TIPO DE COMUNICADOR ERES SIMPÁTICO O EMPÁTICO?

19:01 27 febrero in blog
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“Las tres cuartas partes de las miserias

y malos entendidos en el mundo

terminarían si las personas se pusieran

en los zapatos de sus adversarios y entendieran

sus puntos de vista”.

 

Mahatma Gandhi

 

 

La comunicación entre humanos es la base de toda relación y gran parte de la calidad de las relaciones está relacionada con la habilidad que tenemos para comunicarnos.

 

Comunicar es el proceso por el cual una persona (emisor) transmite un mensaje a otra/otras personas (receptor) con la intención de hacerle partícipe o conocedor de algo o de generar en éste alguna respuesta o reacción. Además, comunicar es compartir una información racional y emocional, poniéndola en común.

 

Una persona que comunica con efectividad sabe qué tiene que hacer y cómo hacerlo para que así sea. Además tiene una capacidad de observación y comprensión de los demás que le sitúa en una posición de ventaja, pues si lo desea podrá utilizar esta información para tener una influencia positiva sobre ellos, siempre respetando su pensamiento y su sentimiento.

 

Según la RAE la palabra empatía parte del griego empátheia y se define como el “sentimiento de identificación con algo o alguien” o “la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”.

 

En nuestras relaciones con los demás, el concepto de empatía se amplía con más matices que resumidamente son:

 

1.- La empatía nos predispone a percibir a través de la observación y la escucha cuál es la situación fáctica y emocional de las personas con las que interactuamos.

 

2.- Gracias a la empatía conectamos nuestro mundo interior con el exterior, de modo que nuestras neuronas espejo reaccionan ante la persona que tenemos enfrente y traemos a nuestro recuerdo información que poseemos que nos va permitir ajustar nuestro comportamiento y sentimientos a la situación en la que según nuestra interpretación se encuentra el otro. Si queremos tener una influencia positiva sobre esa persona ajustaremos nuestro comportamiento para lograr ese fin.

 

3.- La empatía es la capacidad de conectar y sintonizar con los sentimientos y las emociones de otra persona. De alguna forma nos ponemos en su lugar y podemos identificar qué puede estar sintiendo, sin dejarnos arrastrar por ese sentimiento.

 

4.- Para tener una actitud empática en las relaciones es necesario evitar prejuicios, creencias y valores personales, pues actúan como obstáculo para entender el punto de vista del otro. Por supuesto no supone que tengamos que compartir su visión de las cosas, sino que se trata de hacer un esfuerzo para comprender al otro y sobre todo para escucharle sin juzgarle.

 

5.- La empatía es una competencia clave de la inteligencia emocional que se pone de manifiesto cuando nos comunicamos y relacionamos con los demás.

 

6.- La persona empática percibe los estados de ánimo de su interlocutor y no solo a través del mensaje que verbaliza con palabras, sino a través de su lenguaje no verbal (gestos, postura corporal, etc.) y para-verbal (tono de su voz, ritmo, volumen etc.). Por lo tanto, también para  ser empáticos precisamos también cierta habilidad para saber interpretar el lenguaje no verbal y para-verbal de las emociones, porque este tipo de lenguajes nunca engañan. Es decir, si no hay un control consciente e intencionado sobre nuestro cuerpo (gestos, voz, posturas, etcétera) siempre reflejará lo que de verdad estamos pensando y sintiendo aunque verbalmente estemos manifestando lo contrario.

 

Por otra parte la simpatía siempre implica una “inclinación hacia”, es decir, me inclino afectivamente hacia la otra persona de diversas formas, ya sea mediante consejos, consuelo, halagos o aportando una visión amable o positiva de un problema para conseguir su contento.  La simpatía es una habilidad social conectada con la amabilidad, con caer bien, con buscar aprobación o dar un consejo para contentar a otra persona. Es más bien superficial, pues no busca conectar o sintonizar en profundidad con el otro como ocurre con la empatía.

 

 

Con un ejemplo muy básico y sencillo se verá la diferencia entre una escucha empática y otra simpática.

 

 

 

  • Diálogo con ESCUCHANTE en modo SIMPATÍA:

 

Escuchante: _ ¿Cómo estás?

Escuchado:     _Mal.

Escuchante:   _ ¿Por qué?

Escuchado: _He perdido el juicio.

Escuchante:  _Bueno es tu trabajo y si no lo hubieras hecho tú, lo hubiera hecho otro. Seguro que has actuado bien.

Escuchado: _Es que lo había preparado tanto…Estoy abatido e inseguro.

Escuchante: _Al menos te han pagado…

Escuchado: _ Mi cliente se va a poner como una fiera.

Escuchante: _ Seguro que no será para tanto.

Escuchado: _Ojalá sea cierto. Puf.

Escuchante: _Ya verás cómo al final todo va bien.

Escuchado: (sigue preocupado y en este momento no es capaz de darse cuenta que ha hecho bien su trabajo y ha hecho lo que ha podido. El escuchante no le ha ayudado mucho con su escucha).

 

  • Y ahora vamos a transformar este diálogo poniéndonos en el papel de “ESCUCHANTE en  modo EMPÁTICO”:

Escuchante: _ ¿Cómo estás?

Escuchado:     _Mal.

Escuchante: (silencio).

Escuchado: _He perdido el juicio

Escuchante: _Así que esto de haber perdido el juicio te hace sentir fatal.

Escuchado: _Sí, es que lo había preparado a conciencia, lo tenía muy estudiado. Así que además de estar abatido, vuelvo a sentir inseguridad para defender este tipo de casos.

Escuchante: _Ya veo. Te sientes abatido porque lo habías estudiado y preparado minuciosamente e incluso te vuelve la inseguridad para defender estos casos…

Escuchado: _Sí, aunque bueno, me digo que he hecho todo lo que tenía que hacer.

Escuchante: _Eso parece que has cumplido con tu deber.

Escuchado: _El cliente se pondrá como una fiera.

Escuchante: _Entonces aunque reconoces que has cumplido con tu deber, crees que el cliente se enfadará.

Escuchado: _Bueno seguro que no es para tanto. Me estoy adelantando. En todo caso le haré ver que este resultado no ha dependido de mi labor que ha sido ¡muy buena!

(El escuchado se siente más comprendido en esta conversación y la escucha del escuchante le ha permitido reflexionar en alto e incluso ha aflojado su preocupación).

 

  • Así que te propongo un ejercicio para que practiques desde este mismo momento la escucha empática: ¿cómo modificarías este diálogo movido por la simpatía para que sea un diálogo impulsado por la empatía del escuchante?

 

– ¿Qué tal te ha ido?

– De pena.

– ¿Por qué?

– He suspendido seguro. No he dado una en el examen. La verdad es que me doy cuenta de que no he estudiado lo suficiente.

– .Seguro que has hecho lo que has podido.

– Perdí tiempo y me he estado divirtiendo sobre todo en las últimas semanas.

– Al menos lo has pasado bien…

–Mi padre se va a enfadar.

– Seguro que no será para tanto.

–Le prometeré trabajar este verano

– Aprovecha tu juventud.

Me gustaría cerrar este breve post con unas palabras de uno de los padres de la Psicología Humanista, CARL ROGERS, que sirven de colofón para reflexionar sobre el gran valor que tiene la actitud empática en las relaciones personales.

En este caso, evidentemente, va mucho más allá, pues se refiere a la importancia del reflejo empático en las conversaciones de los terapeutas con sus clientes:

 

“…el terapeuta debía sintonizar emocionalmente con la experiencia real del paciente tal como ésta ocurría en la sesión, de modo que pudiera devolvérsela por medio del reflejo empático y se esperaba que, por medio de este espejo, el paciente pudiera verla, la aceptara y, en definitiva, entrara en contacto con sus deseos más auténticos, resolviendo así sus discrepancias consigo mismo o con los demás…”

 

©MARTA ANTUÑA EGOCHEAGA. Febrero de 2020.

Bibliografía

Carl Rogers: ·”El proceso de convertirse en persona” Editorial: Paidós, 2000, Barcelona. Año de publicación: 2000.

 

Goleman, D (1999) La práctica de la Inteligencia emocional. Barcelona. Kairós.

 

 

 

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