CUERPO TE AMO: MEMORIAS Y EXPERIENCIAS SENSORIALES - Coaching Azul
14405
post-template-default,single,single-post,postid-14405,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-theme-ver-2.5,wpb-js-composer js-comp-ver-5.2,vc_responsive

CUERPO TE AMO: MEMORIAS Y EXPERIENCIAS SENSORIALES

CUERPO TE AMO: MEMORIAS Y EXPERIENCIAS SENSORIALES

09:00 29 septiembre in blog
0 Comments

El pasado 26 de septiembre de 2019 tuve una experiencia formativa que me impactó en gran manera, ya que durante tres horas tuve que impartir seis talleres de media hora cada uno, en los que participaron un total de 160 personas con discapacidades diversas.   Entre estas, estaban las dificultades sensoriales (falta de vista o vista limitada, falta de audición o audición limitada). El propósito de los talleres que me encargaron los organizadores era concienciarles de que formarse puede ser divertido y mostrarles mediante una dinámica las nuevas técnicas de formación y aprendizaje.

 

Y esas dificultades me inspiraron para diseñar el taller que trató sobre el aprendizaje gracias a las memorias sensoriales precisamente. Aunque dos o tres careciesen de algún sentido al cien por cien, incorporé estímulos que podían captar a través de los que sí tenían y probablemente mucho más desarrollados que la media de las personas sin discapacidad.

 

El resultado fue muy positivo, pues se divirtieron y tomaron conciencia sobre la información que tenían que descubrir sobre sí mismos orientada para su mejora laboral y profesional. Además entrenaron brevemente  la comunicación empática.

Siguiendo al psicólogo Manzanero[1], la memoria y la percepción son procesos cognitivos vinculados. Las sensaciones son el punto de partida de la percepción, y la percepción es el primer paso para la memoria. Es decir, tendremos recuerdos de aquello que hemos percibido previamente. Este autor refiere resumidamente los principales padres de la “memoria sensorial”: Broadbent (1958) habla de un mecanismo de memoria inmediata que registraría la información del estímulo proximal durante un breve periodo de tiempo. Posteriormente Neisser (1967) lo denominó memoria sensorial y consistiría en un registro precategorial de la información de capacidad limitada y escasa duración. Inicialmente Neisser propuso dos tipos de memoria sensorial: memoria icónica, responsable del registro precategorial de la información visual, y memoria ecoica, que lo haría de la información auditiva. En su modelo, Atkinson y Shiffrin (1968) proponían la existencia de un registro sensorial para cada una de las modalidades sensoriales, aunque la mayoría de las investigaciones sobre memoria sensorial se centran en los dos inicialmente definidos por Neisser.

 

De forma más sencilla se puede decir que  la memoria sensorial guarda la información que se percibe a través de los sentidos. Posteriormente esta información puede caer en el olvido o o convertirse en memoria a corto plazo que es donde se lleva a cabo la codificación y recuperación de la información.  Es decir que la memoria sensorial se transforma en memoria a corto plazo, donde se analiza, organiza e interpreta la información, para luego pasar a ser memoria de largo plazo.

Lo que pasa es que cierta información es recordada con facilidad y por más tiempo en función del estímulo, su representación y su percepción. Es decir, si hay un fuerte impacto en los sentidos, la atención humana se mantendrá. Así que cuanto mayor sea el impacto, más permanece.

Si estás en un vagón de metro y alguien comienza a gritar y además se desnuda, seguramente recordarás a esa persona durante una buena temporada, a diferencia de otro pasajero que se sienta en frente de ti y se hurga en la nariz. A este lo recordarás, pero durante mucho menos tiempo. También podemos regresar a nuestra infancia recordando el aroma del bizcocho que horneaba nuestra madre para que merendásemos. Nuestro cerebro es muy poderoso, pues tiene registrada mucha información y nos puede hacer sentir sin tener el estímulo delante. Todo tiene impacto en nosotros, así que es posible aprovechar las memorias sensoriales para enfocar y dirigir la atención de las personas que han de aprender e integrar cierta información.

Pero no me quiero detener solo aquí, es decir, en la vinculación entre las percepciones a través de nuestros sentidos para realizar procesos cognitivos de aprendizaje, sino en la importancia que tienen también nuestros sentidos para recuperar calidad en nuestra vida.

El hombre moderno vive encarcelando en la intelectualización de toda su experiencia vital desvirtuando la sensibilidad o la vida que se experimenta a través de los sentidos. Y esto es ir en contra de nuestra naturaleza, pues por ejemplo la piel no solo es la envoltura que contiene el organismo humano, sino que nuestro contacto con el mundo exterior es precisamente a través de esta piel. Si en nuestros sentidos interfiere nuestra mente, estamos desvirtuando la experiencia sensitiva o sensual.

O dicho de otra manera:

–¿Eres capaz de ver y observar sin pensar, sin categorizar o calificar o juzgar lo que ves, lo que te llega a través de tu vista?

–¿Eres capaz de escuchar sin interpretar lo que escuchas? ¿Eres capaz de escuchar por el mero placer de hacerlo o de experimentar la sensación de la escucha?

–¿Eres capaz de oler, degustar sin comentar o sin juzgar lo que estás oliendo o degustando?

–¿Eres capaz de desvincular el contacto físico al sexo?, ¿eres capaz de tocar la piel de otra persona de forma inocente y sin darle un sentido lascivo?

–¿Somos consciente del grado de pobreza táctil que padecemos?

–¿Contemplas la posibilidad de tocar a otra persona de forma  cariñosa, sin que temas lo que va a pensar la otra persona de ti?

Como refiere   R.D.Laing el hombre moderno está «descorporeizado» y con esto se refiere a que nuestros cuerpos tienen a desaparecer del campo de nuestra EXPERIENCIA.

Si somos capaces de entregarnos a la EXPERIENCIA de los momentos en los que no sea necesaria nuestra actividad intelectual, activando la alerta relajada, pero atenta de nuestros SENTIDOS, recuperamos el tesoro de nuestra naturaleza.

Así que como dice el título de este post, CUERPO TE AMO, por un doble motivo:

  1. Porque los procesos cognitivos de aprendizaje a través de los sentidos son muy efectivos.
  2. Y porque los procesos experienciales, es decir, de abrirnos y entregarnos a la experiencia de los momentos a través de nuestros sentidos, sin activar el pensamiento, es retornar a nuestra naturaleza y nos da una gran calidad de vida.

 

[1] Manzanero, A.L. (2008): Aspectos básicos de la memoria. En A.L. Manzanero, «Psicología del Testimonio» (pág. 27-45). Madrid: Ed. Pirámide.

Marta Antuña

septiembre de 2019

 

No Comments

Deja un comentario

¿Conversas o Predicas?

Lectura imprescindible

para tener las habilidades

de un profesional destacado

This will close in 0 seconds