Marzo: ¿TE ATREVES CON EL ROJO y EL BLANCO? (coaching, counselling) - Coaching Azul
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Marzo: ¿TE ATREVES CON EL ROJO y EL BLANCO? (coaching, counselling)

Marzo: ¿TE ATREVES CON EL ROJO y EL BLANCO? (coaching, counselling)

08:04 01 marzo in blog, coach personal y profesional, coaching, coaching profesional, comunicación, counselling
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Comienza el mes de Marzo y tengo un compromiso. Debo escribir lo que prometí  el 10 de Enero pasado y confieso que estoy bloqueada.

Febrero ha sido un mes de marcado “reseteo” al que me refería precisamente en mi post anterior. Un periodo de soltar para saltar, de observarme, de cuestionar muchas de mis rutinas y acciones recurrentes.

Toda esa limpieza me ha dejado exhausta y siento algo de tristeza, porque de alguna manera he soltado algo de mí misma que no me convenía, que no me convencía y siento que estoy en un momento extrañamente diferente, nuevo.

Antes de proponer el reto de este mes, os invito a que nos pongamos en “modo marzo” conociendo muy resumidamente algunas de las tradiciones y significados de este periodo.

Durante marzo comienza a despertar la naturaleza y alrededor del día 21 se produce el equinoccio de primavera en el hemisferio septentrional. Precisamente esta llegada de la primavera es celebrada de forma especial en algunos países como Rumanía, Bulgaria y Moldavia a partir del 1 de Marzo, a través de los Martisor que representan la suerte y la alegría. Además los “idus de marzo” romanos eran los días de buenos augurios como el 15 de marzo. El 20 de marzo se considera el día internacional de la felicidad.

Por lo tanto, el reto que propongo para estos treinta y un días que tenemos por delante será: recuperar y volver a sentir nuestra alegría genuina.

Pero cuando hablo de alegría genuina no me estoy refiriendo al placer o la felicidad dependientes de acontecimientos externos. No. Me estoy refiriendo a la alegría interior que todos, absolutamente todos traemos al nacer. Ese “sentimiento de fábrica” (don) que con nuestro modo de vivir puede llegar a morir por inanición, dado que no le damos ni la energía, ni la atención, ni la consciencia que necesita.

Cuando conocemos a una persona alegre que no cuenta con circunstancias externas favorables, podemos darnos cuenta de que la alegría genuina es indestructible y que no necesita estímulos positivos para ser sentida. Es un estado de armonía, de relajación, de despreocupación, fluyes, te sientes bien y brota tu sonrisa interior.

La pregunta entonces que podemos hacernos es ¿cómo se provoca ese sentimiento o ese estado si no depende del entorno?

No es casualidad que en este tercer mes del año hayamos creado un triángulo en cuyo vértice superior está la alegría y en cuyos vértices inferiores se hallan  la presencia y la creatividad.

La presencia a la que me referí en mi post de Enero y la creatividad de la que hablaba el mes pasado son unas de las vías principales sobre las que debemos transitar habitualmente para alcanzar el tesoro perdido de la alegría genuina. La presencia abre la puerta para comenzar a sentirla.  La creatividad produce alegría y cuando comienzas a estar alegre ya no puedes parar de ser creativo, así que se retroalimentan constantemente.

También debo alertar del peligro que nos puede frustrar la aventura de este mes, porque uno de los culpables de que esta alegría interior se apague son las capas que le vamos poniendo encima cuando sentimos dolor en nuestras experiencias. El dolor es necesario para crecer, para ser fuertes, pero es totalmente innecesario cuando se convierte en una adicción inconsciente  para estar bien aferrados a nuestro ego.

A modo de entrenamiento, no optaré por las sugerencias y consejos que provocan poca consciencia, sino que dejaré planteadas algunas preguntas que te ayudarán, si te paras a responderlas con calma y sosiego. Si escribes las respuestas, conseguirás que tu ejercicio de reflexión consciente sea más efectivo:

  1. Si ejercitas la presencia ¿Cómo te sientes?
  2. ¿Has probado a tomar conciencia de tu respiración abdominal? ¿eres capaz de respirar relajado con los órganos internos relajados o siempre están tensos?
  3. ¿Has probado a tomar conciencia de la respiración abdominal diez veces al día durante unos segundos?
  4. ¿Eres capaz de tener diez micro-momentos de presencia y respiración consciente al día, cinco por la mañana y cinco por la tarde-noche?
  5. ¿Si consigues una presencia total sientes alegría?
  6. Si te distraes y ya no estás presente ¿cómo te sientes?
  7. ¿Has probado a afrontar con presencia momentos de felicidad así como momentos duros, difíciles o de dolor? ¿Cómo te has sentido?
  8. Si hicieras una lista de hechos que te producen alegría ¿qué pondrías en ella?Prueba a hacer esa lista.
  9. ¿Depende de los demás tu sentimiento de alegría o hay momentos en que no depende de nadie?
  10. ¿Con qué actividades sientes una alegría profunda?
  11. Cuándo sientes una honda alegría ¿en qué parte del cuerpo la sientes?
  12. Si te lo propusieras ¿podrías volver a sentir intencionadamente un momento de gran alegría del pasado o de tu infancia?

Para finalizar os contaré el mito del “Joven liberado por el Sol” en el que se inspiran los Martisor cuyos colores son los que dan título a este post:

“El Sol descendió a la Tierra en forma de mujer de gran Belleza. Pero un dragón (zmeul en rumano) la robó y la encerró en su palacio. Entonces los pájaros dejaron de cantar, los niños se olvidaron del juego y la alegría;  y el mundo entero ha cayó en la tristeza. Viendo lo que pasaba sin el Sol, un joven valiente comenzó el camino hacia palacio del dragón para liberar a la mujer. Estuvo buscando el palacio un año entero y cuando lo encontró, convocó al dragón a una lucha justa. El joven derrotó a la criatura y liberó a la mujer que ascendió al cielo para iluminar de nuevo toda la Tierra. Llegó la primavera, la gente había recuperado la alegría, pero el joven valiente, estaba tumbado y herido en el palacio del dragón después de la dura lucha. La sangre caliente se derramó sobre la nieve hasta que el joven se quedó sin respiración. En los lugares donde la nieve se derritió, salieron las flores «campanillas del invierno» (heraldos de la primavera). Así es que el  mundo honra  la memoria del hombre valiente con un hilo y dos flores: una blanca y otra roja. El color rojo simboliza el amor hacia lo agradable y bello recuerda el coraje del joven valiente, y el blanco es de la flor campanilla de invierno, la primera flor de la primavera…”martisor

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