LIDERAZGO FEMENINO
LIDERAZGO FEMENINO: CONTINÚAN LOS RETOS
Tradicionalmente, el liderazgo siempre se ha asociado con la capacidad que tiene una persona para INFLUIR sobre otras con el fin de lograr una o varias METAS, de forma que pueda GUIARLAS manteniendo una interacción personal con ellas, adaptándose con facilidad a las situaciones que vayan surgiendo en el camino y con capacidad de gestionar incertidumbres.
Son específicas las cualidades que definen a un buen líder sobre todo en el mundo organizacional y empresarial, pero a grandes rasgos, podemos decir que el buen liderazgo en cualquier situación comprende la capacidad de saber tomar decisiones efectivas, tener visión y saber trabajar con las personas para asegurar objetivos democráticos e igualitarios. Además el liderazgo ha de atender a la necesidad de tomar conciencia de que los procesos y medios a través de los cuales se consiguen los objetivos, son tan importantes como los objetivos mismos.
Uno de los mayores retos que tiene toda mujer para ser líder son los estereotipos que han dominado en nuestra sociedad. A pesar de que en el último siglo las mujeres nos hemos colocado con gran esfuerzo al lado de los hombres en cuanto a derechos se refiere (derecho al voto, protagonismo político, mercado laboral y desarrollo profesional) aún dominan en algunos casos las limitaciones sociales que se imponen a cada sexo.
En cuanto a los estereotipos de género, en nuestra cultura tradicionalmente se asocia la masculinidad con lo lógico-racional, el ser fuerte, activo, tener gusto por el riesgo, ser dominante. Y por su parte, la feminidad se ha asociado con lo emocional, la pasividad, la aversión por el riesgo y gusto por la reflexión. El problema es que estos rasgos que en principio puede ser propios de uno y otro género, aunque no siempre, han sido intencionadamente utilizados para que las mujeres no ocupasen puestos estratégicos del poder económico, intelectual o político en siglos de historia.
Evidentemente, sería una tontería no reconocer las diferencias entre hombres y mujeres, pero sin que se utilice torticeramente para mantener la desigualdad en derechos, deberes y oportunidades.
Necesariamente la historia del liderazgo va en gran medida ligada con la historia del reconocimiento de derechos de la mujer y el fin de la discriminación entre hombres y mujeres en relación a las oportunidades de ambos en todos los ámbitos. Por ello, haremos un breve recorrido resaltando los hechos más importantes:
- El cambio en el modelo de la relación familiar, ha sido determinante para que se fueran produciendo cambios que propician mayor participación de la mujer en los diferentes ámbitos públicos como política, artes, medios de comunicación, mercado laboral y desarrollo profesional.
Resulta interesante hacer referencia a una de las obras moralistas que más ha influido en el imaginario femenino español desde el renacimiento hasta nuestros días, La perfecta casada (1583) de Fray Luis de León.
Este es un tratado que fundamentalmente aboga por una forma de división del trabajo, heredera de la visión esencialista aristotélica, en la cual se mitifica el lugar subordinado de la mujer convirtiéndola en el eje vertebrador del núcleo familiar, trasmisora de valores morales, administradora de la economía familiar, máximo exponente en la producción de servicios, educadora de los hijos, pero siempre bajo la tutela del esposo al cual debe entregarse y apoyar.
Esta situación de sometimiento que reflejara Fray Luis de León, ha sido el modelo ideológico inamovible y mayoritario en España hasta el último tercio del siglo XX, equivalente al estereotipo anglosajón del «ángel del hogar» de los años 50 que se basaba en el culto a la maternidad como máximo horizonte de realización personal para la mujer.
- Las primeras manifestaciones y reclamos de igualdad entre géneros lo inicio el grupo de las sufragistas en Inglaterra a comienzos del siglo XX. Fue el primer paso para dejar de ser ciudadanas de segunda clase.
- En España, las Cortes españolas aprueban las Constitución de 1931 que conllevó grandes avances, entre ellos, el sufragio universal, que supuso el reconocimiento del derecho femenino al voto, algo que no se hubiera conseguido sin la diputada CLARA CAMPOAMOR.
El 1 de Octubre de 1931, las Cortes aprueban por primera vez en la historia de España el artículo constitucional que consagró el derecho al voto femenino. España reconoce un derecho del que no gozaban, por ejemplo, ni Francia ni Italia.
Su impulsora Clara Campoamor fue una mujer de inteligencia y fuerza de voluntad admirables. Su madre era portera y a ella a los nueve años la sacaron de la escuela y a los doce la pusieron a trabajar en una mercería. A pesar de ello, consiguió inscribirse en Bachillerato, terminarlo en cuatro años, aprobó la carrera de Derecho en dos años y fue la primera mujer que se colegió en el Colegio de Abogados de Madrid.
Los antecedentes más reseñables del derecho al voto femenino (que luego llevó al sufragio universal) son:
-En Europa las mujeres pudieron ejercer su derecho a voto por primera vez en Finlandia en 1907. Le siguieron pocos años después Noruega y Suecia.
-En EEUU en 1920 se aprueba la Decimonovena Enmienda a la Constitución que estipula que ni los estados ni el gobierno federal puede denegarle a un ciudadano el derecho de voto a causa de su sexo.
-En Sudamérica, Uruguay fue el primer país en aprobar el sufragio femenino en 1927.
- Acontecimientos como la Primera (1914-1918) y Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fueron oportunidades para que las mujeres realizasen actividades que tradicionalmente se habían reservado para los hombres.
Hasta aquel entonces, por primera vez, la mujer se encontraba fuera de casa y de la costumbre en cuanto a las obligaciones tradicionales. Dadas las circunstancias, podían y tenían que trabajar para mantenerse económicamente. Se hallaban en las fábricas, los hospitales, el comercio y las oficinas en general. Sin embargo, permanecieron excluidas de las posiciones de mando y discriminadas con salarios inferiores.
Pero después de haber saboreado la independencia en estos periodos, las cosas no seguirían siendo las mismas y resultaba imposible asumir de nuevo un papel pasivo y sumiso en la sociedad.
- Resulta un hito fundamental la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptado en la ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS en su resolución 217 A (III), el 10 de Diciembre de 1948 en París y en esta se recogen en sus 30 artículos los derechos humanos considerados básicos, a partir de la carta de San Francisco (26 de junio de 1945) y que
Artículo 2. 1.Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Y que es ratificado en el Capítulo III de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en la que se declara:Igualdad ante la Ley, no discriminación, diversidad cultural, religiosa, lingüística, igualdad entre hombres y mujeres, derechos del menor, derechos de las personas mayores, integración de las personas discapacitadas.
La igualdad es uno de los derechos fundamentales de todos los seres humanos y por lo tanto un derecho que compartimos mujeres y hombres. Este es un principio en el que se asienta la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que rige el marco legislativo y ejecutivo de las democracias, siendo la Administración Pública uno de los principales actores de su implementación y gestión.
Por su parte la Constitución Española establece en el artículo 10.2 las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Tratados y Acuerdos Internacionales sobre las mismas materias ratificados por España. Por tanto, deben entenderse como parte integrante de nuestro ordenamiento jurídico.
- Así es que en España, hasta la democracia (1978), la mujer ha sido prácticamente excluida de lo público quedando relegada al núcleo familiar siendo su labor tradicional educar a los hijos.
Por lo tanto, la historia de las mujeres va íntimamente ligada a la historia de los movimientos feministas en todas sus intensidades ya que éstos han servido de motor del cambio social.
La lucha feminista ha permitido que las mujeres progresivamente, formen parte del juego político, económico, académico, administrativo, cultural, etc., y además han despertado el interés por los estudios de género en todos los ámbitos científicos.
- En el momento actual, con un marco legal que protege el derecho a la igualdad, podemos creer, que no existen situaciones de discriminación hacia las mujeres, e incluso, que la igualdad es un derecho intemporal que solo ha sido vulnerado en determinadas culturas y países; pero esto no es así.
Cuando los resultados muestran que existe una clara diferencia entre la presencia de mujeres y hombres en un espacio determinado cabe sospechar la existencia de una discriminación directa o indirecta.
Para tomar conciencia de la desigualdad basta observar cuántas horas dedican las mujeres y los hombres a las tareas de la casa y el cuidado de la familia, darse cuenta de la diferencia salarial entre mujeres y hombres o de cuántas mujeres y hombres ocupan puestos de direccióny estrategia empresarial.
- Por último es necesario hacer una breve referencia en España a la Ley de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres de 2007.
Se trata, posiblemente, de una de las Leyes más avanzadas de Europa cuyo objetivo es hacer efectiva la igualdad de trato para mujeres y hombres.
Precisamente el término «efectiva» figura en el título de la Ley indicando que el articulado hace referencia a medidas que consigan llevar a la práctica el principio de igualdad.
Recordemos que la Igualdad formal ha resultado insuficiente y que nos encontramos con situaciones de discriminación como son:
- La violencia de género.
- La discriminación salarial.
- El mayor desempleo femenino.
- La escasa presencia de las mujeres en puestos de responsabilidad política, social y económica.
- Los problemas de conciliación entre la vida personal laboral y familiar.
Por lo que se considera que la igualdad plena entre hombres y mujeres es aún una tarea pendiente.
En cuanto al liderazgo femenino ya en concreto, hay que tener en cuenta que en el mundo de los negocios y de la empresa, por ejemplo, la sociología ha llegado a reconocer un estilo de liderazgo congruente con el género, tratándose en el caso de las mujeres de un liderazgo más colaborativo frente a un liderazgo autocrático y directivo por parte de los hombres.
Es decir, las mujeres líderes promueven y respaldan la participación de sus subordinados, comparten información, tratan de empoderar a sus seguidores, dirigen por medio de la inclusión y confían en sí mismas, su carisma, experiencia, contactos y habilidades relacionales; para influir sobre los demás. Por su parte, los hombres habitualmente se han sentido más a gusto con un estilo autocrático, de mando, control, dirección, desarrollando la autoridad formal de su cargo para ejercer la influencia. Sin embargo, hoy se la da la paradoja que estas características que definen el estilo de liderazgo femenino (tipo colaborativo) se hayan colocado el top de las habilidades de todo buen líder del siglo XXI, sea hombre o mujer.
Sin embargo, la líder de la antigüedad, para mantener su autoridad, se veía obligada a tener las mismas actitudes y estrategias que sus colegas masculinos. Debía demostrar que era tan o más capaz que cualquier hombre que llegase a ocupar su posición; de lo contrario se exponía a la destitución segura. Y el líder de la antigüedad, que básicamente no manejaba los conceptos de igualdad, derechos humanos y ética que hoy tanto debatimos, se regía abiertamente con la fuerza y la coacción.
Sirva de ejemplo por todas la famosa Isabel I de Inglaterra (promotora de la llamada Edad de Oro en su Nación) y su no menos famosa frase:
“I know I have the body but of a weak and feeblewoman; but I have the heart and stomach of a king, and of a king of England, too”
En esta frase se resume el gran reto que esta mujer debió afrontar como líder político logrando además un gran enriquecimiento para Inglaterra, afianzando la estabilidad política y religiosa, y propiciando el florecimiento de las artes.
Volviendo a la idea que comenté de las cualidades del liderazgo femenino, es necesario tener presente que los grandes líderes mundiales modernos que seguramente serán recordados con gratitud, respeto y admiración, no son autocráticos ni explotadores y mucho menos manipuladores. Al contrario, son aquellos que tienen una gran visión, saben delegar y potenciar las cualidades de sus subordinados, que poseen una gran capacidad de escucha, apertura y flexibilidad ante el cambio, son grandes negociadores y comunicadores, son éticos y carismáticos.
Es necesario hacer una breve referencia al NEUROLIDERAZGO, tan de moda hoy en día y su relación con el liderazgo femenino:
La respuesta más conocida al miedo y al estrés es el “ataque o la huida” (cerebro reptiliano). Sin embargo, la mujer bajo estrés suele reaccionar protegiéndose a sí misma y a su descendencia formando alianzas con un grupo social más amplio desarrollando mayor participación de todos gracias a su habilidad en empatía
Varios estudios recientes han explorado las bases biológicas de la empatía y la confianza se asocian con la hormona oxitocina, por lo tanto un aumento de oxitocina en el cerebro(por encima de los niveles basales) provoca un aumento en la colaboración, la confianza y sentimiento de tratar a personas desconocidas como dignas de confianza.
Estas diferencias hormonales podrían ayudar a explicar la tendencia de las mujeres a desplegar comportamientos de liderazgo más colaborativo y participativo con respecto a los hombres, pues utilizan de forma natural el liderazgo transformacional que hace especial hincapié en el trabajo en equipo, el apoyo interpersonal, la cooperación y el networking.
La gran paradoja es que la mujer tan reprimida y ninguneada se alza con sus cualidades naturales como paradigma del nuevo liderazgo. Es decir:
1.- Los hombres necesitan integrar las posibilidades del principio femenino en ellos mismos que han reprimido durante siglos.
2.- Las mujeres han de manifestar en el mundo la integración de lo masculino y de lo femenino, ya que no podemos perder de vista que el liderazgo precisa mucho más que el espíritu colaborativo y empático que nos define.
El nuevo paradigma del liderazgo gira en torno a la idea de la necesidad que tiene el mundo de ese tipo de personas que actúan como AGENTES DE TRANSFORMACIÓN en los diferentes ámbitos y por tanto el buen liderazgo (que sirve tanto a mujeres como a hombres) es INCLUSIVO, PARTICIPATIVO Y HORIZONTAL.
Como dije un nuevo paradigma de liderazgo es apremiante y los estudios de alta gerencia muestran una nueva tendencia en este sentido. Se trata de la adopción del estilo de LIDERAZGO ANDRÓGiNO que disminuya los impactos de género. En este nuevo modelo, se conjugan las mejores cualidades de los estilos masculino y femenino, que reportarán grandes y mayores beneficios para la vida en sociedad, porque a fin de cuentas el ser humano debe optar siempre por el equilibrio y la síntesis en todas sus facetas, dejando atrás los prejuicios y las dañinas posturas extremistas.
¡Hola!
Copio literalmente tu ultimo párrafo. Creo; se puede decir más alto pero no más claro.
Un besín.