JUNIO: ELEGIR LAS PALABRAS PARA TRIUNFAR
Hoy, 28 de Mayo, leo en el periódico local este titular: “Gijón ya tiene quién le escuche”, que resume el objetivo logrado por un equipo de personas que sumaron ganas y acciones durante cinco años, para conseguir una sede de El Teléfono de la Esperanza en nuestra ciudad. Ellos mismos califican su labor diaria en esta ONG como “una escucha activa al otro lado del teléfono 985.22.55.40, las 24 horas y todos los días del año” para ayudar a las personas que llamen.
Curiosamente, momentos más tarde, leo en Mundo Coaching Magazine este breve artículo titulado “La escucha es un regalo que todos necesitamos alguna vez” en el que en el que la coach Dora Pecharromán describe con una idea convincente una de nuestras necesidades básicas:
«…Necesitamos que alguien de sentido a nuestras palabras y que sea testigo de lo que sentimos. A veces solo queremos contar lo que nos pasa…..sin que nos den una solución…..La Escucha es un regalo sagrado que todos necesitamos alguna vez…”
Y además el jueves 26 de Mayo, dentro de los actos de presentación del citado Teléfono de la Esperanza en Gijón, tuvo lugar una conferencia de la psicóloga y terapeuta gestáltica Carmen Vázquez, a la que asistí y en la que Carmen, entre otras muchas cosas, todas interesantes, destacaba otra necesidad humana fundamental como “…hablar con los otros, porque somos seres sociales, relacionales…”
Porque la terapia Gestalt atiende tanto al lenguaje corporal como al lenguaje verbal como forma de satisfacción de una necesidad humana: el contacto.
La palabra elegida sabiamente, llega a ser curativa cuando nos damos la oportunidad de co-crear una relación satisfactoria y duradera con otros, hasta el punto de que, según otro psicoterapeuta Gestalt Jean-Marie Robien:
«..Sin el otro, no existe la palabra…»
Así que nuestra necesidad de relación con los otros y el lenguaje que hablamos y que escuchamos para hacerla posible, me ha inspirado para escribir este post partiendo de una pregunta:
- ¿Cómo hablamos? ¿Qué lenguaje utilizamos? ¿Cómo nos relacionamos?
Los debates parlamentarios o las tertulias en los programas son una muestra del lenguaje que impera en diferentes ámbitos como el familiar (parejas, padres, madres e hijos), laboral (empresa, organizaciones), social, etc. Se trata de un lenguaje poco o nada positivo, bastante perjudicial y hasta ofensivo en muchas ocasiones.
En los interlocutores no hay una actitud para debatir serenamente los puntos de vista de cada uno o incluso indagar sobre sus intereses para ponerlos en común y conversar sobre ellos, porque el afán que les mueve suele ser el de tener la razón sobre los demás, quedar como el “fuerte” del grupo o que el público les aplauda. Poco les importa las consecuencias que pueda tener este lenguaje hostil y nada empático, en las personas que les escuchamos, incluidos los niños o los jóvenes que con toda seguridad, reproducirán en su etapa de adultos.
Además si el personaje es famoso o tiene un nivel de poder considerable, resulta muy irresponsable que se exprese en estos términos, porque la influencia social es importante y de efecto generalizado.
Parafraseando a J.A. Cordero, si un político no es capaz de generar “bienestar común” con sus palabras (comunicación no agresiva), me temo que su política tampoco generará “bienestar social”.
Si en algo son coherentes los políticos es que la mayor parte de sus discursos son tan “nocivos” como muchas de sus políticas.
Así que una de las contribuciones significativas que puede realizar un político para generar un cambio positivo tan anhelado por todos, sería cambiar su lenguaje y su forma de comunicar. Tarea sobre la que un gran número de empresarios en España ya han tomado conciencia y en la que se entrenan con nosotros, los coaches o facilitadores de comunicación, para llegar a ser los auténticos líderes que desean ser y que también necesitamos todos.
Tampoco ayudan las expresiones empalagosas o exageradas que suelen ser impostadas, pues lo natural y auténtico siempre llega a los otros. Empeñarnos en discursos ficticios y almibarados dará resultados pobres de comunicación.
Si el lenguaje es la vía más importante para el entendimiento, la comprensión y la visión integradora, pregunto:
–¿cuál es el motivo de que no seamos cálidos con nuestras palabras?
–¿qué efectos tiene el lenguaje mal intencionado sobre ti?
–¿cuáles son las consecuencias que has generado hasta ahora cuando tu lenguaje resulta hostil para los otros?
–¿eres capaz de sacar lo mejor de tu hijos, de tu pareja, de tus compañeros de trabajo con palabras inadecuadas, expresiones manipuladoras o enjuiciadoras?
— ¿nos damos cuenta de que somos tan responsables de nuestro lenguaje como de nuestras acciones?
La comunicación respetuosa y auténtica entre las personas, crea una interacción fluida entre ellas, aunque haya diferentes puntos de vista; y como también comenta J. A. Cordero:
“…siempre va a resultar útil dentro del ámbito en el que se produzca y puede llegar a crear unidad en la diversidad…”.
Grandes autores como Marshall B. Rosenberg, Judith E. Glaser han escrito magistralmente sobre esto en sus obras “Comunicación no violenta. Un lenguaje de vida” y “La Inteligencia conversacional”, respectivamente, cuya lectura recomiendo.
Nos ayudarán en gran medida a reflexionar sobre la imperiosa necesidad de comenzar a hablar y conversar con los otros de forma diferente para TRIUNFAR como seres humanos y como sociedad.
Destaco de forma resumida varias ideas de estos dos libros, que al menos, el primero de ellos, resulta lectura obligada para los que creemos en la capacidad transformadora del arte de COMUNICARNOS:
- La Comunicación No Violenta (en adelante CNV) se basa en las habilidades relativas al lenguaje y la comunicación que refuerzan nuestra capacidad de seguir siendo humanos incluso en las condiciones más extremas.
- El objetivo es que recordemos algo que ya sabemos –de qué modo hemos de relacionarnos los seres humanos– y que vivamos de una manera que manifieste abiertamente ese conocimiento.
- En lugar de obedecer a reacciones habituales y automáticas, nuestras palabras se convierten en respuestas conscientes con una base firme en un registro de lo que percibimos, sentimos y necesitamos.
- La CNV nos ayuda a expresarnos con sinceridad y claridad, al mismo tiempo que damos una atención respetuosa y empática a los demás. En cualquier interacción, pasamos a tener en cuenta tanto nuestras necesidades más profundas como las ajenas.
- Con la CNV aprendes a prestar atención a los sentimientos de los otros y a expresar tus necesidades, también a aceptar ciertas respuestas que no siempre querrías escuchar.
- La CNV es un método simple, pero su poder de transformación es extraordinario.
- Las conversaciones van mucho más allá de ser meros intercambios de información. Afectan a las relaciones, su manera de ver el mundo y su cultura
- Las buenas conversaciones fomentan relaciones positivas más sólidas, las malas pueden destruirlas.
- Es necesario aprender nuevos y eficaces rituales conversacionales que motiven al cerebro para generar confianza, colaboración y éxito mutuo…
- Las conversaciones son dinámicas, interactivas e inclusivas e impactan en la forma en que nos relacionamos, cautivamos, interactuamos e influimos sobre los demás, permitiendo moldear la realidad y los hechos de forma colaborativa.
- Las conversaciones nos permiten que vayamos más allá del “poder sobre” otros al “poder con” otros, facilitando que experimentemos la misma realidad al acortar la distancia entre cómo ven las cosas los demás y cómo las vemos nosotros.
- Al ser nuestras palabras tan poderosas debemos ser capaces de entender y desarrollar nuestra inteligencia conversacional, que es el marco y la perspectiva que nos permite ver cómo las conversaciones crean uniones poderosas entre las relaciones y la cultura.
- Las conversaciones es la forma en la que conectamos, navegamos y transformamos el mundo con los demás.
Para finalizar, comparto una frase que en realidad expresa la idea que me ha guiado para unir las palabras de este post:
“LOS LÍMITES DEL LENGUAJE SON LOS LÍMTES DE LA MENTE”
Ludwig Wittgenstein (1889-1951. Filósofo británico de origen austriaco).
Citas de:
Marshall Rosenberg
Psicólogo estadounidense y creador de la Comunicación no violenta, un proceso de comunicación que ayuda a las personas a intercambiar la información necesaria para resolver conflictos y diferencias de un modo pacífico.
Judith E. Glaser
Antropóloga organizacional es directora ejecutiva de Benchmark Communications y presidenta de The Creating WE Institute.
J.A. Cordero
Empresario “Agricultura Ecológica”
Me ha encantado Marta, tus palabras me ayudan mucho. ¡con ganas ya de leer tu próximo post!
Muchas gracias, por tus palabras, Laura. ¡Con ganas de escribir el siguiente! Un beso
Gracias Marta, muy acertada tu invitación. Siento que merece la pena fomentar formas sanas, inteligentes y positivas de comunicarnos, sobre todo porque en muchas ocasiones la formula agresiva y oscura que predomina en casi todos los medios resulta ser lo contrario a lo que pretende, incomunicación.
Muchas gracias por tus palabras, Ana. Un abrazo.
Mucho más que precisas tus palabras.Gracias por toda la información que nos aportas.Un abrazo
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo
Muchas gracias, por tu comentario. Un abrazo
Marta, me gusta, y me parece muy importante trabajar la comunicación como mediadora y como persona. Lo beneficios son enormes. Muchas gracias y un abrazo fuerte.
Muchas gracias,Mar por escribir en mi blog y además por elegir esas palabras que has escrito en tu comentario. Un abrazo
Un tema de gran interés para mí.
Estoy leyendo la lectura que recomiendas, súper gráfica y muy clarificadora. Cuando tomas consciencia de lo que dices y de cómo lo dices resulta te das cuenta de la huella que dejas en los demás. Y cuando tienes hijos es gratificante observar cómo responden a esa manera de hacer, cuando es amable y respetuosa, de la misma manera.
Hola, Susana, gracias por escribir en mi blog. Estoy de acuerdo con lo que comentas y efectivamente es una lectura que ayuda en gran manera. Un fuerte abrazo.