ABRIL: Tensión sexual y amor - Coaching Azul
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ABRIL: Tensión sexual y amor

ABRIL: Tensión sexual y amor

11:49 01 abril in blog, coaching confictos, coaching relaciones, desarrollo personal
2 Comments

Ya comienza abril y toca escribir de acuerdo con el compromiso que tengo contraído con mis lectores en este post.

Para el acompañamiento de este mes, escribiré sobre un tema que no deja indiferente a nadie. Pero lo trataré desde un punto de vista muy diferente a lo que suele decirse acerca de él.   Me ha servido de inspiración el origen de la palabra que sirve de  nombre a este mes: ABRIL.

En las explicaciones populares acerca de la procedencia de “abril”, se dice que puede estar relacionada con el nombre latín “aprilis” y el verbo “aperire” que significa “abrir”. Precisamente la primavera abre la tierra y surgen no solo los colores, sino los olores de la naturaleza que comienza a mostrarse verde, vigorosa, muy viva. Las semillas rompen, se abren también y aparecen los primeros brotes. Las plantas se entregan a su floración. El espectáculo de las diversas tonalidades que inundan nuestra vista se entremezcla con las sensaciones que nos produce la tibieza del viento, el frescor del agua de las lluvias, que aún persisten, y sobre todo, la luz, que aumenta en calidad y en cantidad. Lo habitual es que este nuevo escenario, tan cautivador,  nos provoque alegría y a hasta euforia,  aunque también sabemos que algunas personas sienten miedo y depresión ante el cambio de estación tan marcado.

 

Henry Thoreau:

“Mide tu salud por la alegría

con que miras la mañana y la primavera”

 

Además en los orígenes de este término hay referencias a la palabra griega “aphrós” que significa “espuma”, estando dedicado el mes a la diosa Aphrodita, cuyo nombre contiene dicha palabra y que según la leyenda, Venus, su nombre romano, nació de la espuma.

Así que toda esta embriagante alteración, además del dicho popular de que “la primavera la sangre altera” y hasta la Diosa de la espuma, me invitan a hablar sobre el amor e irremediablemente escribiré sobre él, pero con un doble objetivo que desvelaré después, porque sin objetivo no hay coaching.

Empecemos por el título del post. ¿Por qué lo titulo como lo titulo?

Hay diversas definiciones de tensión sexual, pero destaco tres de entre las que he encontrado:

1.- “…la tensión sexual es una expresión espontánea de la atracción subyacenteDel intercambio de energías sutiles. El único asunto real aquí es que la tensión sexual no se crea. Es algo que se da cuando dos personas conectan, sin más. Cuando hay auténtica conexión y complicidad pueden darse estos deseos…”

 2.- “…Los expertos mencionan que mientras más alto haya sido el grado de tensión sexual no resuelta, mayor es la satisfacción en su resolución……Precisamente ese es el asunto primordial en el ABC de la tensión sexual. Igual que la energía, ni se crea ni se destruye; sino que se transforma…”.

3.-“…La definición intrínseca de tensión sexual es acerca de dos personas que sienten deseo mutuo -o una de ellas desea a la otra-, pero cuyo momento de contacto sexual se retrasa deliberadamente o nunca llega a ocurrir…”

Algunas de estas ideas me resultan muy útiles para reflexionar sobre las relaciones, pero si recurro a la expresión “tensión sexual” para hablar sobre el amor, es con un sentido diferente al que generalmente se le da, porque la imagen de tensión sexual tradicional se asocia a la relación de los protagonistas de “Claro de Luna” o al “Agente 007 y la secretaria de su jefe Money Penny” que cito a modo de ejemplo. Es decir, mucha atracción sin resolución.

Cuando dos personas se encuentran, se atraen y comienzan una relación, estamos antes dos mundos, dos misterios complejos que empiezan a interactuar. En el caso de que sean un hombre y una mujer estamos antes dos polaridades opuestas y muchas veces cuanto más diferentes son, mayor es la atracción.

Pasada la época de mayor dulzura, comenzará un combate soterrado de poder y de lucha, en el que cada uno de ellos intentará dominar, en cierta manera, sobre el otro y comenzará la “tensión”.   Una tensión que normalmente es llevadera si se alterna con periodos, espacios y dinámicas de armonía, pero  que en algunos casos resultará imposible si hay mucho sufrimiento. Y además culparemos al otro de ser la causa de este sufrimiento. Así que es muy frecuente que digamos:

 1.- No me entiende. No se da cuenta de lo que necesito, no me hace feliz.

 2.- Si no cambia, no sigo. ¿Para qué vamos a seguir juntos, si es incapaz de cambiar?

3.- No me quiere, porque si me quisiera, no me haría esto.

Es decir y resumiendo, como dijo Jean Paul Sastre: “El infierno son los otros”.

Pues llegados a este punto, el primer objetivo será tomar conciencia de una realidad, para que reflexionéis en vuestro caso concreto (y reflexione en mi caso concreto) y para ello, hago las siguientes preguntas:

1.- ¿Hay amor en las relaciones disfuncionales?  Casi toda pareja es disfuncional en mayor o menor medida, salvo personas con una consciencia muy desarrollada.

2.- ¿Se trata de un amor inconsciente? o ¿es un amor consciente?

¿Sabes que es el amor consciente?

3.- ¿La atracción subyacente a la relación conflictiva es amorosa? Si sientes esa atracción ¿la sientes amorosa o no?

4.- ¿Cuántas parejas conoces que su forma amorosa de relacionarse es conflictiva? En tu caso, a pesar de tus conflictos con tu pareja ¿sientes amor hacia ella? 

5.- ¿Te ha pasado que la tensión sexual (sexual, aquí, es igual a pareja) que vives con tu pareja la sientes amorosa pero no consigues resolverla en positivo? 

6.- ¿A pesar de que sabes que tus disputas relacionales con tu pareja son amorosas, sabes transformarlas en amor consciente?

 

“¿Qué es tu vida?

La respuesta, como intuyó Dylan, está flotando en el Viento. Y el Viento es Tú, que eres Yo como Yo Soy Tú. Es decir, Amor»

  E.Carrillo

  

En la mayoría de los casos, el deseo de tener una pareja feliz es mutuo, pero al no realizar un trabajo personal y relacional de crecimiento consciente, la resolución de las disfunciones se retrasa o nunca llega a ocurrir.   Pero el  corazón siempre necesita amar y te daré una buena noticia, ¡lo hace!, aunque lo haga «regular» o rematadamente «mal”.

Una de las claves es tener en cuenta que lo importante no es que la otra persona sea de una manera u otra, sino de que cada uno trabaje en sí mismo sus conflictos, lo cual tendrá un efecto significativo en la forma de relacionarte con el otro.  

El amor versa sobre personas, pero ante todo, sobre relaciones. De ahí la importancia del enfoque, la perspectiva y la percepción de tus relaciones, la forma en que creas esa forma de verlas y la capacidad de tratar tus relaciones.

Cuando uno contribuye a una relación de calidad, recibe una relación de calidad. Todo lo que das, sueles recibirlo. Y a menos que una relación amorosa sea muy consciente, va a crear mucha angustia y problemas.

Así que además de reflexionar sobre esa energía que podemos llamar, sin dudarlo, “amor“ , aunque sea inconsciente, el segundo objetivo para este mes, será descubrir que el amor más luminoso y armonioso es el amor consciente y que además es una meta alcanzable. 

Para entrenarnos en el amor consciente en este mes de abril, os recomiendo dos lecturas que me parecen muy sugerentes:

Una es el libro titulado “OBTENGA EL SÍ CONSIGO MISMO” de Willian Ury. Cofundador del programa sobre negociación de la Universidad de Harvard, mediador internacional y uno de los 9788416029259especialistas en negociación más respetado del mundo. El contenido de su libro es un ejercicio de consciencia muy útil para mejorar nuestras habilidades relacionales de forma muy significativa.

La otra es el post de David Criado que ha escrito en su  página llamada Iniciativa Vorpalina titulado “ el amor consciente”.

Añado, a dichas lecturas, una frase inspiradora de Daniel Odier (maestro chan) que también nos puede aclarar las ideas en este mes:

«…Una vida creativa consiste en dejar a los demás el espacio que necesitan para desarrollarse plenamente. Sin embargo, en la realidad, cuando el entusiasmo de la conexión inicial se desvanece, se inicia un proceso restrictivo en el que limitamos nuestro radio de exploración y expansión de nuestra pareja, y deseamos que cambie de acuerdo con la idea que nosotros tenemos de cómo queremos que sea. Así el amor languidece y se transforma en amargura. Y pagamos un precio por cortar las alas de los demás…»

 Para finalizar, estos son algunos de los objetivos que puedes trabajar en un proceso de acompañamiento y facilitación en este ámbito:

1.- Mejorar significativamente tu capacidad de comunicación y de relación con tu pareja y de esta forma mejorar la interacción entre ambos.

2.- Romper con tu actual pareja, cuando lo has intentado y no lo consigues. Gestionar la mejor ruptura posible (decisiones, estrategias e incertidumbres).

3.- Mejorar la convivencia en los ámbitos en los que resulta más disfuncional.

4.- Aprender a gestionar y resolver los conflictos con tu pareja.

¿Necesitas alcanzarlos? ¿Quieres alcanzarlos?

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2 Comments
  • susana 18:03h, 06 abril Responder

    Fantástico. Consciencia y acción. No hay más.

    • Marta Antuña 21:01h, 07 abril Responder

      Gracias, Susana. Un abrazo.

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